domingo, 28 de abril de 2024

Cuando emigrar es la salida: silenciosa crónica de un Uruguay que se vacía

Después de 14 años de «balance migratorio positivo» en Uruguay, en 2023 se fueron más de los que llegaron. La intención de partir está en niveles más altos que en la crisis de 2002, según el Latinobarómetro. 

 La crisis del 2002 fue un parteaguas tanto a nivel institucional como social, dejando serias heridas que al día de hoy siguen supurando. Migración en masa, suicidios, alta tasa de desempleo, pobreza y marginalidad: la entrada de la pasta base de cocaína al país; el tejido social desgarrándose. 
 Entretanto, pasaron tres gobiernos del centroizquierdista Frente Amplio, que mejoró las condiciones de vida, pero que no hizo temblar las raíces de los árboles, como prometió en su momento. 
 Hoy, en un mundo pospandémico y localmente con un gobierno neoliberal que solo apunta a que Uruguay sea un país agroexportador, primarizado, benefactor de las grandes familias empresarias de este país, concentrador y corrupto, los uruguayos arman sus valijas. Un sistema que no garantiza paraísos en otras latitudes, pero garantiza escapar de esta rutina de horizontes grises.
 ¿Qué razones llevan a un uruguayo a querer irse? Falta de oportunidades laborales; horizontes para crecer; costo de vida – asociado a varios factores como formar una familia, sostenerse mes a mes, desarrollarse en un emprendimiento o proyecto; inseguridad. 
 El Salario Mínimo Nacional en Uruguay es de $ 22.268 que equivalen a unos 590 dólares. Pareciera ser uno de los mejores sueldos mínimos de Latinoamérica, pero el costo de vida también es uno de los más altos del continente. Existen los que se denominan “los veinticinco mil pesistas”. Más de medio millón de uruguayos que viven mes a mes con ese salario y que apenas superan el sueldo mínimo.
 Recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE) difundió los datos de pobreza 2023 que también nos da una pista de por qué tantos uruguayos buscan su futuro en el aeropuerto.
 La pobreza en 2023 fue 10,1% (unas 348 mil personas), estable en relación a 2022 (9,9%, variación dentro del margen de error), aunque todavía está 1,3% por encima de 2019 (8,8%). Es decir, que la situación ha empeorado luego de la pandemia y no hay un panorama optimista. 
 El Fondo Monetario Internacional (FMI )proyectó que Uruguay crecerá un 2.3% en el 2024, uno de los cinco peores guarismo para países de Latinoamérica. Eso si el FMI acertara en sus pronósticos, ya que mayoritariamente infla los números de los países amigos, seguidores de sus políticas y recomendaciones, y rebaja el de los enemigos. Así que seguramente el crecimiento sea menor que ese 2.3%
 La pobreza infantil sigue siendo uno de los grandes debes y falencias de Uruguay. La misma alcanza al 20,1% de menores de 6 años (sin cambios estadísticos respecto a 2022). En un país donde la natalidad sigue en picada, las infancias que llegan lo hacen en contextos precarizados. Una quinta parte de los niños nace prácticamente condenada a vivir en condiciones desfavorables.
 Por otro lado están las cárceles, reflejo perfecto de cualquier sociedad. Uruguay, que otrora supo ser “la Suiza de América”, “la sociedad hiperintegrada” del período entreguerras, esa sociedad que se autopercibe solidaria y calma, encierra en su seno mucha violencia. 
 Desde femicidios, suicidios, accidentes de tránsito pasando por varios delitos, la sociedad uruguaya se vincula de manera cada vez más violenta. El paradigma punitivista de más cárceles, más delitos y más penas fracasó. Pero tanto por izquierda como por derecha, esa concepción es transversal. Salvo contados casos y/o propuestas. 
 De acuerdo con datos de la Oficina del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit, en Uruguay hay unas 15 mil personas privadas de libertad, lo que significa que por cada 230 habitantes, uno vive dentro de una cárcel. 
 El pequeño país sudamericano de apenas 187 mil kilómetros cuadrados y unos tres millones de habitantes, sufrió un aumento en la tasa de homicidios. Entre 2021 y 2022 este delito creció 25,8 %, lo que sitúa al país en 11,2 homicidios por cada 100.000 habitantes. Las estadísticas señalan que cada día 26 personas recuperan la libertad y el 50% termina en la calle. 
 Muchos uruguayos andan buscando otros cielos, mientras otros tienen el cielo como techo, ya que siguen aumentando las personas en situación de calle. Dos caras de una misma moneda: un presente y una realidad que no se soporta. Un buenvivir que se busca en otras latitudes, donde muchas veces es simplemente entrar en la rueda del consumo sin mirar los precios y otras veces es vivir con dignidad cuando en tu propio suelo no se concreta. 

 Nicolás Centurión | 06/04/2024 

 * Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la) 
 Fuente: https://estrategia.la/?p=21230

Libertos, la universidad no es un supermercado


Bajo la consigna “Conocimiento es soberanía”, investigadores y universitarios de la ciudad de La Plata participan del paro contra las políticas del Presidente Javier Milei, 25/1/2024. 

En 2024, gran parte de América Latina se encuentra en un escenario sociopolítico (no económico y menos militar) similar al que describimos sobre Estados Unidos en 2004. Nada extraño, si consideramos (1) su condición de neocolonia, asegurada por (2) su tradicional clase oligárquica, por (3) sus no menos tradicionales medios, con sus periodistas y sus intelectuales orgánicos; y (4) por el fanatismo de una parte significativa de su juventud, brutalizada por los medios fragmentadores de las redes sociales, todas plataformas en manos de los multibillonarios del Norte. 
 En Argentina y en otros países del Sur, las universidades públicas (y su autonomía) están bajo ataque, como casi cualquier servicio público, objeto de deseo del privatizador. El presidente Milei publicó que “La educación pública ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente” y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, lo confirmó con una pregunta adulatoria: “¿Coincidís con las palabras del presidente Milei sobre el adoctrinamiento que se hace desde la educación pública?” Con complejo de esclavista y de hacendado citadino, el youtuber, ex peronistay diputado liberto Ramiro Marra llama vagos a los trabajadores que protestan en las calles, el mismo que meses antes recomendó vivir de los padres, porque nuestra existencia se debe a que ellos “estaban aburridos” y deben pagarlo con “financiamiento gratis”. La diputada Lilian Lemoine, luego de dedicarse al Photoshop y a los videos pornos donde un hombre la obliga con una pistola a chuparse un control de videojuegos (“Siento el sabor de Mario en mi boca”) poco después le da lecciones sobre pedagogía a quienes llevan años enseñando, al tiempo que cuestiona si se les debe pagar a los docentes por “no hacer su trabajo”. Es la dictadura del lumpenado.
 Ahora, envalentonados por la nueva inquisición, miles de jóvenes y adultos que no tuvieron mucha suerte en el sistema académico han salido a acusar a la educación media y superior de adoctrinación, exigiendo un “equilibrio ideológico”, ese mismo equilibrio que no le exigen a las corporaciones que monopolizan el poder financiero y, en consecuencia, político, mediático y hasta teológico. Desde hace generaciones, las estadísticas muestran que en Estados Unidos (como en casi todo el mundo), los profesores tienen ideas más de izquierda que el resto de la sociedad. Basta con mirar un mapa electoral para ver que esas islas de izquierdistas coinciden con los campus universitarios, rodeadas de mares de derechistas―cuando no neofascistas y miembros del KKK, como me tocó en Pensilvania. 
 Esta excepcionalidad siempre crispó el ánimo de los conservadores en el poder, quienes, derrotados por siglos en el mundo de las ideas, han reclamado siempre legislar para eliminar la libertad de cátedra. En 2004 escribíamos sobre las pretensiones de los legisladores de Georgia de “equilibrar el currículum” de las universidades obligando a los profesores a enseñar la Teoría Creacionista junto con la Teoría de la Evolución. El poder hegemónico promueve la libertad de mercado porque nadie puede competir libremente con su poder financiero, pero como han sido desde siempre un fracaso académico, se sienten mal con la libertad de cátedra. No aceptan la regulación del mercado, pero exigen la regulación de cátedra. 
 El argumento es que los profesores adoctrinan a la juventud, a una minoría de la juventud que ya tiene edad para beber alcohol, mirar pornografía y ser enviada a la guerra a matar y morir. Nada se dice de la adoctrinación de niños en edad preescolar enviados a los templos religiosos y a los templos mediáticos para una verdadera adoctrinación. 
 Los libertarios ganan elecciones gritando libertad y gobiernan prohibiendo. En el siglo XIX, los esclavistas reconocían el derecho a la libertad de expresión, hasta que algunos comenzaron a escribir contra la esclavitud. A partir de entonces, comenzaron a prohibir libros, luego autores y, más tarde, los metieron en las cárceles de la democracia. Lo mismo comenzamos a vivir en Florida, Texas y otros estados hace unos años bajo gobiernos libertarios. Muy orgullosos de la libertad de expresión, hasta que los autores y las ideas inconvenientes comenzaron a ganar terreno en la población y las llamaron adoctrinamiento. 
 Esta obscena asociación Jesús-Mamón y la doctrina de “los profesores adoctrinan a los estudiantes” se ha revitalizado en las colonias estratégicamente endeudadas. La comercialización de la vida concluye que un pensador es bueno si aumenta el ingreso monetario del lector. Si no, son empobrecedores. Pobreza y riqueza sólo se refieren a su valor de cambio. 
 Este fanatismo y su necesaria infantilización de la sociedad están llegando a las universidades, uno de los últimos reductos donde el poder mercantilista no tenía el monopolio. Todo en nombre de la diversidad ideológica y del derecho de los estudiantes a afirmar que la Tierra es plana.
 Cada vez más se confunde una universidad con un supermercado, donde el poder terraplanista del lumpenado no entra para ser desafiado en sus convicciones, sino para comprar lo que quiere y exigir satisfacción por su dinero. Así han convertido a los estudiantes en clientes, y de ahí la necesidad de privatizar la educación para convertirla en reductos de libertad―del poder para adoctrinar más esclavos. Esta es una tradición que se remonta a siglos atrás, incluso hasta Sócrates, quien fue ejecutado por la democracia ateniense acusado ser ateo, antidemocrático, y de lavar el cerebro de los jóvenes enseñándoles a cuestionar las verdades establecidas. 
 Por su parte, la izquierda, que siempre fue combativa desde sus pocas trincheras disponibles, se ha vuelto políticamente correcta, insoportablemente tímida, virginal, invirtiendo toda su sensibilidad en la micropolítica de las identidades. Mientras, los más viscerales fanáticos de derecha (recursos del incontestable poder financiero del Norte) continúan ganando elecciones. Los pueblos han sido desmovilizados y convertidos en consumidores. Han sido fragmentados para que consuman más. Las familias extendidas sólo compraban un televisor, no tres o cuatro (y hablan entre ellos), por lo que la fragmentación y la alienación de las relaciones sociales fue un recurso conveniente del capitalismo consumista. Divide, gobernarás y ellos consumirán más. 
 El orgullo de la elocuencia vacía acaparó los medios, luego la política, y ahora van por las universidades. Tienen muchas posibilidades de destruirlas, como los godos y vándalos destruyeron civilizaciones muchos más avanzadas. Lo peor que podemos hacer, como académicos, como activistas sociales o como políticos es responderles con timidez; confundir la lucha de clases de la izquierda con el odio de clases de la derecha.
 Desde hace siglos, los conservadores (hoy libertos) se quejan de que no están bien representados en las universidades. Se insultan a sí mismos y no lo ven. La solución es simple: pónganse a estudiar, carajo. Pero no; están demasiado ocupados pensando cómo van a hacer mucho dinero para convertirse en jefes y luego quejarse de que las universidades están infiltradas y no los representan. Claro que si alguien ama el dinero no va a ser tan tonto como para dedicar una vida a estudiar y hacer investigaciones por las cuales recibirá poco o ningún dinero. Es más fácil convertirse en un entrepreneur y robar los pocos éxitos finales de esos largos años de investigación gratuita, llena de fracasos, realizadas por “fracasados con el cerebro lavado”.

 Jorge Majfud | 06/04/2024 | 

sábado, 27 de abril de 2024

Elon Musk y la dictadura de la libertad feudal


Desde finales del siglo pasado, en ocasiones he repetido cinco o seis ejercicios muy simples en salones de clase de distintos países con estudiantes de distintas culturas, edades y clases sociales―con el mismo resultado. 

 Uno (inspirado en África) se refiere a la clasificación de figuras geométricas, donde siempre vemos las diferencias y nunca lo que tienen en común. 
 En otro, en Estados Unidos, les dibujo un cubo en la pizarra y, al preguntar qué ven, por unanimidad afirman que se trata de un cubo. Obviamente, no es un cubo, sino tres rombos juntos. 
 A la pregunta de qué colores son el cielo y el sol, las respuestas también han sido unánimes, por años. Pero la respuesta repetitiva es una pregunta: “¿Profesor, también nos va a decir que el cielo no es celeste y el sol no es amarillo?” Al fin y al cabo, así son en las banderas, en los dibujos infantiles y en cualquier otra representación que no sea arte moderno―eso que le hacía hervir la sangre a Hitler. Algo que no ha cambiado mucho hoy.
 Está de más decir que no siempre el cielo es celeste y que el Sol nunca es amarillo. No sólo es blanco, sino que los colores dominantes son el azul y el violeta. En cualquier caso, los ejemplos demuestran que no podemos ver el mundo objetivo sin pasarlo por el lente de nuestra comprensión, el cual está teñido por los prejuicios de una sociedad, de una civilización. Un caso más biológico radica en la percepción del inexistente color amarillo en las pantallas de televisión, pero aún así es una ilusión. 
 La pregunta “¿por qué el Sol es amarillo?” inocula al interlocutor con un hecho falso, distrayéndolo con la búsqueda de la respuesta correcta. Lo mismo ocurre ante la pregunta “¿por qué murió el socialismo?” Aún más decisivo que en la física cuántica y relativista, en el mundo humano el observador cambia la realidad que observa. Más cuando usa un lenguaje plagado de ideoléxicos. 
 Hoy, un estudiante me preguntó: “¿Por qué Brasil está al borde de una dictadura?” ¿Por qué no Argentina o Ecuador? ¿Por qué el Sol es amarillo? Recordé los repetidos ataques de Elon Musk al presidente Lula de Brasil por su osadía de cuestionar los efectos medioambientales de la empresa tiracuetes del magnate. 
 Esta discusión escaló con la investigación y orden de un fiscal brasileño de bloquear algunas cuentas en X (Twitter), por considerarlas “milicias digitales”. Como comandante en jefe de las milicias digitales, Elon Musk solicitó la renuncia del ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, y volvió a repetir el discurso sobre La libertad―carajo. 
 No voy a volver sobre los mercenarios que deciden elecciones desde principios de siglo y cuya avanzada en 2010 estuvo en Ucrania, según advirtieron los especialistas antes de la guerra de 2022. Sí, quiero repetir que no hay democracia con una concentración extrema de capitales y sin trasparencia de los medios, por lo cual propusimos comités internacionales de expertos para monitorear algoritmos, etc.
“Soy un absolutista de la libertad de expresión”, repitió Musk. ¿La prueba? En sus redes, un humilde maestro de Angola tiene la misma posibilidad de publicar que él. Nada dice sobre lo más obvio: cada vez que él promociona su ideología mercantilista en X, la red más política del mundo, automáticamente es consumida por millones de personas. Es el mismo concepto de libertad de los esclavistas: por libertad se referían a su libertad, que es la que garantizaba el bienestar universal.
 El mismo día, Musk publicó una gráfica donde se ve la caída de audiencia de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, festejando que la única cadena no comercial de Estados Unidos que sobrevive, se esté muriendo, gracias a los recortes de los sucesivos gobiernos.
 NPR es la única que todavía tiene programas periodísticos con contenido y de investigación, más allá de que discrepemos con muchos de sus criterios al exponer algunos temas. En sus inicios, y luego de décadas de desarrollo, la mayoría de las estaciones de radio en Estados Unidos eran públicas o estaciones universitarias, no comerciales. A pesar de que la mayoría de la población se oponía, un lobby agresivo logró privatizarlas en los años 30 y luego creó una nueva mayoría a su favor. Clásico.
 Cerremos con una reflexión sintética. El modelo ideológico y cultural de la derecha es el modelo económico en el cual la prosperidad no es un juego de suma cero. La prosperidad de un grupo dominante podría significar una prosperidad menor de otros grupos. La idea es razonable: en una plantación próspera del siglo XVIII o XIX los esclavos eran mejor alimentados que en otra mal administrada o menos cruel. Pero en ambos casos eran esclavos, y la libertad de expresión estaba protegida por la Constitución. Incluso la constitución de la Confederación esclavista incluía la protección de esta libertad, porque era bienvenida siempre y cuando fuese una decoración democrática y no una amenaza real al poder dominante. Cuando los escritos antiesclavistas se convirtieron en una amenaza, los esclavistas le pusieron precio a las cabezas de los escritores y cerraron sus periódicos. Lo mismo hacen los libertarios del siglo XXI. En Estados Unidos llevan prohibiendo más de 4.000 libros incómodos, porque sus ideas comenzaron a ser aceptadas por demasiada gente. 
 Diferente, en una democracia real no funciona ese modelo, por lo cual las dictaduras han sido los sistemas preferidos del capitalismo, excepto cuando podía controlar las democracias, como fue el caso de imperios vampirescos de Noroccidente. 
 Una democracia real es un juego de suma cero. Cuanto más poder tiene un grupo, ese poder es en desmedro del poder de los demás. La libertad depende del poder que un grupo o un individuo tienen en una sociedad. Desde la Era Moderna, el poder depende del dinero virtual. Cuanto más dinero, más poder. Cuanto más poder, más libertad propia y menos libertad ajena. De ahí la incomodidad de la igual-libertad, porque ésta exige distribución del poder (político, económico y social).
 A la Era Progresista en Estados Unidos siguió una orgía privatizadora y cleptocrática de los millonarios en los 20, la que terminó con la Gran Depresión y el fascismo en Europa. Luego otra ola de izquierda socialdemócrata para salir del caos, desde el F. D. Roosevelt de la preguerra, los Estados de bienestar en la Europa de posguerra y la rebelión de los marginados y colonizados del mundo en los 50. Hasta que se logró detener los peligrosos años 60 e imponer la dictadura de “la libertad conservadora” de los años 80. La libertad del esclavista, del dueño de los medios y de los fines que vivimos hoy.
 Pero, cuidado. Todo eso también tiene fecha de vencimiento. El fin de la cleptocracia de los Jeff Bezos, Elon Musk y BlackRock tiene los días contados. Si es por las buenas mejor. Si no, será por las malas, como nos enseña la historia que los profetas del poder se encargan siempre de negar. 

 Jorge Majfud | 11/04/2024

jueves, 25 de abril de 2024

La juventud universitaria de Estados Unidos se rebela contra el genocidio palestino


Demócratas y republicanos cierran filas en favor del sionismo. 

 Una creciente movilización de la juventud universitaria ha invadido los campus y calles de las distintas casas de estudios a lo largo y ancho de los Estados Unidos. El centro de las movilizaciones y acciones ha sido tomado por los estudiantes de la Universidad de Columbia, quienes el pasado jueves 18 sufrieron una feroz represión - que llevó a la detención de 100 estudiantes, docentes y otros manifestantes - habilitada por el gobierno de Nueva York y su propia rectora, Minouche Shafik. 
 Lo que pretendía ser una acción aleccionadora fue el comienzo de una rebelión que se va generalizando en diversas universidades del país, con epicentro en Nueva York. En los últimos días, cientos de estudiantes fueron detenidos en Columbia, Yale, la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés) así como se han instalado campamentos y líneas de piquetes en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Emerson, Tufts, Brown o Stanford en la costa oeste. Así como en Michigan, Boston y otras ciudades. (El País, 22/04) 
 Los demócratas y republicanos, nucleados en el Comité de Educación, han convertido las citas a diversos rectores en una casa de brujas y el llamado a realizar una purga de estudiantes y docentes que no se alineen con la política genocida del sionismo. Allí quienes más han utilizado el recurso del “antisemitismo” son los diputados alineados a Trump, un supremacista declarado. Estas convocatorias han generado las renuncias de las rectoras de Harvard y Boston. Ahora, se ha iniciado una campaña contra la rectora de Columbia por su “permisividad” ante los grupos propalestinos.
 La intromisión policial, habilitada por la propia rectora de Columbia, es la primera acción policial en los campus universitarios desde 1968 cuando la juventud universitaria se levantó en masa contra la guerra de Vietnam. Los estudiantes y docentes denuncian que sufren una persecución de parte de las autoridades, quienes han decidido desde suspender clases presenciales, cerrar los campus, suspender a estudiantes hasta su expulsión o inhabilitación por tiempo indefinido hasta que reconozcan sus “actos antisemitas.” 
 Joe Biden ha celebrado estas persecuciones al asegurar en un comunicado de la Casa Blanca el pasado domingo, que no puede permitirse el “antisemitismo flagrante, censurable y peligroso, que no tiene cabida en absoluto en los campus universitarios ni en ningún lugar de nuestro país." (Clarín, 23/04)
 Los grupos constituidos en cada universidad han demostrado una amplía composición de estudiantes y docentes pertenecientes a la comunidad judía. Lo que ha terminado por tirar por el suelo la provocación de la derecha republicana y los grupos trumpistas. Es un golpe político al sionismo y sus aliados internacionales en su empresa bélica. "Hoy es el discurso sobre Israel-Palestina. La semana que viene, será sobre la raza, el género, las vacunas o el clima", asegura el profesor Joseph Howley de Columbia y perteneciente al comité de solidaridad con Palestina. (Clarín, 23/04) 
 El gobierno de Biden viene sufriendo un distanciamiento cada vez mayor con la juventud, sobre todo la universitaria que históricamente se ha volcado en las elecciones por un voto progresista. Algo que ha puesto en jaque su propia campaña por la reelección. Sucede que las reivindicaciones de los estudiantes van desde la exigencia de comunicados oficiales de las universidades condenando el genocidio palestino y la exigencia inmediata de un cese al fuego hasta el reclamo por la cancelación de todos los contratos de investigación y desarrollo destinados a empresas israelies, armamentisticas o que tengan aplicación práctica en el terreno de combate. (El País, Los Angeles Times, CNN) 
 Tomado en su conjunto, el movimiento ascendente de la juventud estadounidense, empalma como un rechazo consciente a la empresa bélica del sionismo con la complicidad de Estados Unidos y un rechazo, más general, a la guerra mundial que la OTAN ha expandido por todo el planeta con epicentro en Europa y Medio Oriente, requisito previo para una ofensiva total sobre China.
 Este quiebre, al igual que en el pasado durante la guerra de Vietnam, muestra el profundo desequilibrio del imperialismo estadounidense en su “frente interno”. A todo este torrente, se le suman una camada de jóvenes activistas fabriles y sindicales junto a un renacimiento de los movimientos de la juventud negra (Black Lives Matters) y la mujer.
 Esta primavera de la juventud estadounidense es un revulsivo sobre el conjunto de la situación política. La puesta en movimiento de las fuerzas elementales de la juventud ante el planteo de la guerra y la reacción política de un imperialismo decadente. 

Joaquín Antúnez
 24/04/2024

miércoles, 24 de abril de 2024

Los sionistas preparan la masacre en Rafah mientras se hallan cientos de palestinos enterrados en fosas comunes


Equipos de defensa civil palestina encontraron el domingo una fosa común en el interior del Complejo Médico Nasser de Khan Younis, en el sur de Gaza. La mayoría de los 300 cadáveres de niños, mujeres y ancianos proceden sólo de una de las por lo menos tres fosas comunes encontradas en el lugar. "Esperamos hallar otros 200 cadáveres en la misma fosa en los próximos dos días, antes de empezar a trabajar en las otras dos", declaró a Reuters Ismail Al-Thawabta, director de comunicación del gobierno de Hamás.
 Yamen Abu Suleiman, director de Defensa Civil en Khan Younis, dijo a CNN que algunos cadáveres tenían las manos y los pies atados, “y había señales de ejecuciones sumarias. No sabemos si fueron enterrados vivos o si fueron ejecutados”. Otros "estaban sin ropa, lo que sin duda indica que fueron detenidos y torturados antes de que los mataran", agregó. También había cadáveres con uniforme del personal de salud o vendados, lo que hace presumir que ejecutaron a médicos y pacientes. 
 Las tropas de ocupación sionistas asaltaron en la noche del 14 al 15 de febrero las instalaciones del hospital Nasser, el mayor complejo hospitalario del sur de la Franja, y tomaron el control durante semanas A pesar de los pedidos de clemencia de Médicos Sin Fronteras, ordenaron la evacuación de miles personas desplazadas que se refugiaban en el hospital. Se retiraron el 7 de abril, dejando la ciudad en ruinas.
 Aparentemente, el ejercito sionista “también desenterró cadáveres para buscar rehenes de Israel, hicieron pruebas de ADN y después mezclaron todos los cadáveres”, explicaron algunos pobladores que buscan los restos de sus familiares. Israel negó haber hecho fosas comunes pero admitió que sacó docenas de cuerpos para realizar pruebas de ADN, “antes de devolver los restos en contenedores” (CNN 22/4).
 Estas no son las primeras fosas comunes que hace el ejército sionista para ocultar asesinatos masivos de civiles. La semana pasada se encontró una nueva fosa común en el hospital Al Shifa, el complejo sanitario más grande de Palestina que fue reducido a escombros. Israel ha convertido los hospitales de Gaza en campos de exterminio. 
 Mientras muchas personas esperaban en el patio del hospital Nasser reconocer los restos de sus familiares para volver a enterrarlos, el lunes los tanques sionistas volvieron a ingresar a Khan Younis. También prosiguen los ataques aéreos en la ciudad de Rafah, donde las incursiones nocturnas mataron el domingo a 22 personas, entre ellas 18 niños. 
 Los principales medios de comunicación estadounidenses han ocultado la existencia de fosas comunes. Por ejemplo, los tres principales periódicos estadounidenses, el New York Times, el Washington Post y el Wall Street Journal (WSWS 23/4). Los crímenes de guerra debilitarían la furiosa campaña del gobierno y todo el establishment contra los estudiantes y docentes propalestinos. 
 Sin embargo, el descrédito del Estado sionista es ilevantable. Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, se ha mostrado “horrorizado” y exigió una investigación “creíble e independiente” sobre “el hallazgo de fosas comunes frente a varios hospitales con centenares de cadáveres”.
 Por otra parte, una investigación independiente encargada por el secretario general de la ONU, António Guterres, ha concluido que “Israel no aportó pruebas que demuestren que personal de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, esté vinculado a organizaciones islamistas como Hamás”. 
 No solo eso: la UNRWA citó el testimonio de trabajadores de la agencia que estuvieron presos por el ejército y fueron obligados a confesar falsamente que habían participado en el ataque del 7 de octubre. Para “convencerlos” los sometieron a “golpizas por parte de interrogadores y médicos que trabajaban con el ejército, así como ataques de perros y amenazas de violación y asesinato".
 Las falsas acusaciones israelíes fueron la excusa para que 16 países cortaran las contribuciones a la UNRWA, que es el principal canal de ayuda humanitaria no solo para los palestinos de Gaza, sino para las comunidades de refugiados palestinos de toda la región.
 Aunque el cínico del secretario de Estado Anthony Blinken afirmó que Estados Unidos “está preocupado” por supuestas violaciones a los derechos humanos en Gaza, las investigaciones que confirman torturas, falsificación de información, ejecuciones sumarias masivas y fosas comunes, se producen en un momento en que Estados Unidos aprobó 13.000 millones de dólares en ayuda militar, dando luz verde a Israel para que continúe el genocidio. La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó otros $26 mil millones en nueva ayuda militar.

 La masacre anunciada

 Un comunicado de la Casa Blanca, este lunes, confirmó el aval de Biden a la avanzada sionista sobre Rafah, más allá de sus mentirosos rezongos. En reuniones de alto nivel, Estados Unidos e Israel “acordaron el objetivo compartido de ver a Hamás derrotado en Rafah", dijeron. El Wall Street Journal informó cómo piensan llevar a cabo la masacre.
 Israel comenzará inmediatamente a desplazar a la población de Rafah -por lo menos 1,5 millón de refugiados- para preparar un asalto definitivo. Se supone que los ubicará en tiendas de campaña en Khan Younis y otras ciudades. 
 La operación, dice el Wall Street Journal, “duraría dos o tres semanas y se realizaría en coordinación con Estados Unidos, Egipto y otros países árabes como los Emiratos Árabes Unidos". Después se tomarían otras seis semanas para reducirla a polvo mientras buscan rehenes y comandos de Hamás. 
 El informe llegó mientras el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. Matthew Miller, dijo: "No queremos ver a los palestinos evacuados de Rafah a menos que sea para regresar a sus hogares" (Times Of Israel 23/4).
 La rebelión de los estudiantes y docentes norteamericanos contra su gobierno, los bloqueos a las fábricas de armas es el camino para frenar el genocidio palestino y para derrotar a sus cómplices. 

 Olga Cristóbal 
 23/04/2024

lunes, 22 de abril de 2024

Intervencionismo yanqui: si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar.


Periodismo independiente prohíbe llamar genocida a Israel


EE.UU. cómplice de genocidio


Washington usó su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para sabotear el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas en el marco de un proceso que llevaba paralizado desde 2011. Pese al abrumador apoyo de 12 de los 15 integrantes del Consejo, a los palestinos se les seguirá negando el derecho a tener su propio Estado y deberán conformarse con el estatus de observador no miembro que tienen desde 2012. Resulta muy significativo que la última vez que un país vetó el ingreso de otro a la ONU fue en 1976, cuando el propio Estados Unidos impidió la admisión de Vietnam tras haber perpetrado el genocidio de más de 3 millones de vietnamitas, de haber arrojado sobre esa nación campesina más bombas que todas las que se emplearon en la Segunda Guerra Mundial y de cometer uno de los mayores crímenes ambientales de la historia: el lanzamiento de napalm y otros agentes químicos que mantendrán la tierra envenenada durante siglos. 
 Como denunció la Autoridad Nacional Palestina, se trata de un boicot inmoral, injusto e injustificado, que muestra el desprecio de Washington por la vida humana y por la voluntad de la comunidad internacional. Y, en efecto, la agresiva política estadunidense hacia Palestina, su pueblo y sus derechos legítimos representa una agresión evidente contra el derecho internacional humanitario, y alienta la continuación de la guerra genocida israelí contra la población en la franja de Gaza y Cisjordania. Al respecto, debe remarcarse que la masacre no afecta únicamente a los gazatíes, sino que los colonos israelíes establecidos de manera ilegal en Cisjordania asesinan de forma tan rutinaria como impune a la población árabe que sobrevive en los jirones de tierra que la potencia colonial no les ha robado todavía.
 El reconocimiento de Palestina como integrante de pleno derecho en la ONU no sólo es un derecho inalienable de su pueblo, sino un auténtico asunto de vida o muerte: en momentos en que sus hogares son arrasados y sus vidas segadas por las bombas, las balas y el hambre convertida en arma, la membresía en ese organismo les brindaría un inestimable recurso de defensa diplomática. Asimismo, haría posible la acción solidaria de organismos y estados que no se encuentran alineados con el sionismo y sus planes de limpieza étnica. 
 Al impedir este alivio mínimo a bebés, niños, mujeres, ancianos y hombres inocentes que mueren cada hora bajo la agresión israelí, Estados Unidos desnuda la hipocresía y el sadismo que guían su política exterior. La crueldad es tal, que la Casa Blanca cierra a los palestinos cualquier oportunidad de defenderse al mismo tiempo que impulsa el envío de 26 mil millones de dólares en ayuda militar a Tel Aviv; es decir, otorga un veto para atarlos y misiles para matarlos. Ante estos hechos, sólo queda concluir que Washington es el principal patrocinador y cómplice del genocidio contra el pueblo palestino, el más terrible del siglo XXI y el primero transmitido en tiempo real para oprobio imborrable de Occidente.

 Editorial de "La Jornada" | 20/04/2024

domingo, 21 de abril de 2024

Los batallones paramilitares del fascismo sionista


El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken sancionará al batallón Netzah Yehuda del ejército israelí por violaciones a los derechos humanos en Cisjordania. Blinken admitió que había “tomado algunas decisiones” que difundirá en los próximos días. La información, del portal de noticias Axios, levantó una ola furibunda en el gobierno de Israel: sería la primera vez que Estados Unidos sanciona a una unidad militar sionista. Otras unidades de ejército y la policía no serán sancionadas “después de haber corregido su comportamiento” (sic). 
 El Departamento de Estado comenzó a investigar al batallón Netzah Yehuda a finales de 2022, estaba acusado de “graves actos de violencia contra civiles palestinos”, informó Haaretz en ese momento. Entre ellos, el asesinato del estadounidense palestino Omar Assad, de 80 años, en enero de 2022, que fue amordazado y estaqueado en el suelo en pleno invierno hasta que murió. 
 Hace meses, un equipo del Departamento de Estado que investiga violaciones de derechos humanos recomendó a Blinken que cancelara la ayuda estadounidense a numerosas unidades militares y policiales israelíes que operan en Cisjordania. Los “incidentes” investigados ocurrieron antes del ataque de la resistencia palestina a Israel, el 7 de octubre.
 La ley Leahy, de 1997, prohíbe que fuerzas militares y policiales extranjeras acusadas "de manera creíble” de haber cometido violaciones de derechos humanos, reciban ayuda y entrenamiento de los programas de Defensa de Estados Unidos. Ese será el “castigo”. 
 El batallón Netzah Yehuda se formó como una unidad especial para soldados ultraortodoxos. Por eso, como una excepción a las leyes israelíes, está integrado solo por hombres. Como era previsible, la unidad estacionada en Cisjordania se convirtió en el destino de muchos "Jóvenes de las Colinas", una organización paramilitar de adolescentes fascistas, hijos de los colonos de los asentamientos ilegales, que se proponen expulsar a los palestinos apelando a la quema de sembradíos y viviendas. Por lo menos 2.000 palestinos ya debieron abandonar sus aldeas para salvar la vida. 
 Algunos de los jefes de estas bandas criminales hoy integran el gabinete del ministro de Seguridad, Ben Gvir, un colono fascista que no solo festeja las masacres de palestinos sino que dirige personalmente las golpizas contra palestinos en Jerusalén o contra judíos ortodoxos antisionistas de Israel. 
 Los batallones de colonos fascistas se han multiplicado después del 7 de octubre. Con la excusa de que el ejército estaba concentrado en Gaza, el gobierno de Netanhayu reforzó el armamento civil en los asentamientos y creó nuevos batallones oficiales, nutridos por Jóvenes de las Colinas y otras bandas similares. 
 El gobierno israelí reaccionó con indignación ante la noticia. "No se deben imponer sanciones a las Fuerzas de Defensa de Israel", escribió el primer ministro Benjamín Netanyahu en su cuenta de X (antes Twitter) y agregó que su gobierno "actuará por todos los medios contra estas medidas". Netanyahu dijo que, "en un momento en que nuestros soldados están luchando contra los monstruos del terror, la intención de imponer sanciones a una unidad de las FDI es el colmo del absurdo y de una baja moral". 
 Ben Gvir calificó a las posibles sanciones como una "línea roja" y dijo que espera que el ministro de Defensa israeli, Yoav Gallant, no se someta "a los dictados de Estados Unidos" y "respalde por completo a los miembros de este batallón". Si eso no ocurre, Gvir está dispuesto una vez más a burlar la ley: absorberá al batallón dentro de la Policía Nacional y del Ministerio de Seguridad Nacional. 
 Incluso Benny Gantz -líder de la oposición que se sumó en octubre al gabinete de guerra israelí- condenó las sanciones porque "sentarían un precedente peligroso y enviarían un mensaje equivocado a nuestros enemigos comunes en tiempos de guerra". Añadió que "el batallón Netzah Yehuda es una parte inseparable de las Fuerzas de Defensa de Israel. Está sujeto al derecho militar y es responsable de operar en pleno cumplimiento del derecho internacional".
 Unos 490.000 israelíes viven en asentamientos ilegales en Cisjordania, ocupada por Israel, en lo que se considera una violación del derecho internacional. Los ataques sionistas en los territorios ocupados han aumentado desde octubre, causando alrededor de 460 muertos, según el Ministerio de Sanidad palestino.
 El viernes 19, en una acción coordinada entre Estados Unidos y la Unión Europea, también se impusieron sanciones contra Ben Zion Gopstein, un colono ultraderechista, fundador de Lehava, “una organización implicada en la violencia desestabilizadora en Cisjordania”, según el Departamento de Estado. Gopstein integra el Gabinete de Zvir. 
 Al mismo tiempo, el Departamento del Tesoro congeló los bienes de dos entidades del lobby sionista norteamericano, el Fondo Monte Hebrón y Shlom Asiraich, por violar las sanciones estadounidenses que prohíben financiar a colonos involucrados en asesinatos de palestinos en Cisjordania. 
 Por su parte, un comunicado de la Unión Europea incluyó el viernes en su lista negra a Lehava -una organización paramilitar que se opone a cualquier contacto entre judíos y no judíos- y a los Jóvenes de las Colinas. También sancionó a varios líderes de grupos de extrema derecha que actúan en Cisjordania por abusos como "tortura y tratamiento cruel, inhumano o degradante" y "la violación del derecho a la propiedad y a la vida privada y familiar de los palestinos en Cisjordania".
 La “lista negra” significa que no pueden ingresar a la Unión Europea y que “eventuales activos que posean en el bloque europeo resultarán congelados”. 
 Algunos asesinatos datan de 2015 (DW 21/4). Como se ve, se han tomado su tiempo. Ben Gvir respondió que la represalias contra Lehava y los colonos son "parte de una calumnia antisemita de elementos que odian a Israel”, un argumento que lo hermana con las más progresistas universidades norteamericanas, que han expulsado a alumnos y profesores solidarios con la causa palestina. La invasión a Gaza, que ha inundado los ojos de la humanidad de cadáveres de niños, no forma parte de sus investigaciones. 
 El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha declarado repetidamente que la violencia de los colonos en Cisjordania “es uno de los mayores obstáculos para la paz futura en la región, ya que estos se oponen a la solución de los dos Estados, que daría la condición de Estado a los palestinos”. 
 La súbita sensibilidad de Biden y la Unión Europea ante la barbarie sionista en Cisjordania tal vez deba entenderse en el contexto del empantanamiento de la invasión a Gaza. Como lamenta The Economist: “Israel contaba con la simpatía y el amplio apoyo de gran parte de Occidente” hasta el 7 de octubre. Seis meses después, “gran parte de Gaza yace en ruinas. Más de 34.000 palestinos han muerto. La población civil desplazada se enfrenta a la hambruna”. Pero lo que preocupa al Economist es que Israel “ha perdido la batalla por la opinión pública mundial” y su Ejército está acusado “de dos fracasos catastróficos. Primero, que no ha logrado sus objetivos militares en Gaza. Segundo, que ha actuado de forma inmoral y ha quebrantado las leyes de la guerra”. Para más datos, “la estrategia militar de los altos mandos ha fracasado y la disciplina entre las tropas está severamente deteriorada”. (The Economist 11/4) 
 Respecto de la cháchara sobre los “dos estados” esgrimida por Biden como alternativa para la “reconstrucción” de Gaza, se estrelló la semana pasada, cuando Estados Unidos vetó la entrada de Palestina como miembro pleno de la ONU. 
 Más allá de las hipocresías imperialistas, los crímenes contra los palestinos en Cisjordania no es cosa solo de bandas fascistas. Este domingo se cumple una huelga general en repudio los bombardeos sistemáticos contra los gazatíes que intentan huir de Rafah y a la mortífera incursión sionista en el campo de refugiados de Nur Shams, que se extendió desde el jueves hasta la madrugada del domingo. Se informan por lo menos 15 muertos, el Ejército no dejó entrar a las ambulancias hasta que se retiró.
 La huelga "paralizó todos los aspectos de la vida" en Cisjordania, según la agencia de noticias oficial palestina, Wafa, con tiendas, escuelas, universidades y bancos cerrados y paro total del transporte público. 

 Olga Cristóbal 
 21/04/2024

Con fake news, Milei busca echar lastre para desactivar la rebelión universitaria


Este 23 de abril, copemos Plaza de Mayo. Milei y su tropa buscan desactivar la rebelión universitaria que se viene abriendo paso a todo vapor. 

El gobierno divulgó una fake news al anunciar que habría llegado a un acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el organismo que nuclea a las casas de estudio del país y del cual participan sus rectores, para aumentar un 70 por ciento los gastos de funcionamiento de las universidades. “Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente”, dijeron desde el CIN. El movimiento educativo tiene la tarea de profundizar la lucha en defensa de la educación pública. 
 La propuesta se sumaría al incremento del 70 por ciento que el Ejecutivo anunció el 14 de marzo con el propósito de golpear el paro docente universitario y aminorar las tensiones en el movimiento educativo. Ese dinero nunca apareció. Los gastos de funcionamiento de las universidades representan un 10 por ciento del presupuesto –el 90 por ciento se utiliza para pagar los salarios. Para los sueldos, el gobierno propone un miserable aumento del 8%. Este 140 por ciento de aumento total, que todavía no se otorgó, está muy por debajo de la inflación interanual de marzo, la cual ascendió a un 287,9%. 
 El gobierno de Milei echa lastre porque sabe que la marcha federal educativa, que tendrá lugar el martes 23 de abril, será masiva y también un factor de agudización de la lucha de clases en general. Durante estas últimas semanas se han realizado paros de profesores universitarios, asambleas docentes-estudiantiles, clases públicas, ruidazos y otras acciones de lucha en distintas universidades del país. Y ese proceso empezó a replicarse en otros lugares de estudio, como los institutos terciarios, cuyos estudiantes y docentes nutrirán las filas de la movilización al igual que los del nivel secundario. 
 El movimiento educativo argentino se puso de pie y tiene el desafío de ir a fondo hacia un plan de lucha cuyo norte sea quebrar la política del gobierno, que quiere liquidar la educación pública. El paso de la motosierra libertaria sobre el presupuesto universitario ya ha provocado que algunas casas de estudio deban reducir el consumo de luz y la utilización de algunas de sus instalaciones (Medicina, Farmacia, Económicas, etc.). 
 Además, el gobierno ataca el salario del gremio y se apresta a cercenar la organización de los estudiantes y los docentes a la cual presenta como una fuente de adoctrinamiento. Derrotar a Milei es condición sine qua non para evitar que la educación pública se derrumbe completamente y caigan junto a ella sus estudiantes y trabajadores, así como para conquistar todos los reclamos del movimiento educativo: aumento real del presupuesto, suba de los salarios docentes, becas y boleto para los estudiantes, etc. 
 Por otro lado, la posición del CIN debe alertarnos. Los rectores reproducen la política dialoguista que los partidos capitalistas a los cuales responden desarrollan en el Congreso o desde las propias oficinas gubernamentales. Se ha montado un espectáculo en el que todo tipo de personajes aparecen para hacer demagogia: Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA miembro de la UCR –partido que integra el gobierno nacional y está a favor de la reaccionaria Ley Ómnibus– y quien desde su lugar como autoridad universitaria avaló el robo de Massa a los jubilados, ahora “denuncia” los números del ajuste.
 Los rectores quieren llegar a un acuerdo con el gobierno para sostener una educación pública ajustada y sometida a los negocios capitalistas, y para preservar su condición de funcionarios millonarios y privilegiados. Estos elementos acompañaron a todos los gobiernos enemigos de la educación, defienden el régimen educativo impuesto por el menemismo (Ley Federal de Educación, Ley de Educación Superior), promueven la introducción de posgrados arancelados y convenios que colocan a las universidades al servicio de las empresas, etc. Al igual que las burocracias sindicales, los rectores buscan contener al movimiento de lucha y garantizar la gobernabilidad. Ya lo hicieron en 2018, cuando pactaron con el gobierno de Macri, jugándosela por la derrota de una rebelión educativa que tuvo expresión en tomas de universidades y escuelas y en una movilización masiva. 
 Por eso es muy importante que el movimiento de lucha adopte una posición política independiente y no deposite ninguna confianza en los rectores ni en los sectores ligados a los partidos patronales responsables tanto del ascenso de Milei al poder como de la situación crítica en la que se encuentra la educación pública. Hay que seguir impulsando asambleas, clases públicas, paros e instancias de acción. El 23 debemos copar Plaza de Mayo, con la mira puesta en seguir luchando hasta propinarle una derrota al gobierno derechista. 

 Nazareno Suozzi

sábado, 20 de abril de 2024

Un intento por quebrar la marcha del 23 en Argentina


Multipliquemos las iniciativas de lucha por una movilización masiva. 

 El aparato de propaganda del gobierno liberticida salió a difundir la versión de un “acuerdo” con las universidades nacionales, en relación a la crisis presupuestaria que ha conmocionado a las casas de estudio. Según el gobierno, “consensuó” con los rectores un aumento del 70 % para marzo y de otro 70 % en abril para los ´gastos operativos´ de las universidades, los cuales sólo afectan a la décima parte de sus erogaciones. El otro 90 % lo conforman los salarios docentes y no docentes. Si la versión del gobierno fuera cierta, estaríamos ante una recuperación de apenas el 14 % de los recursos confiscados, cuando correspondería un aumento del 300 %. En cualquier caso, el Consejo de Rectores niega que incluso esa ínfima partida de fondos se hubiera transferido, y que sólo se trató de un “ofrecimiento informal”. Hace un mes, el gobierno había reboleado un “aumento del 70 %” para los gastos de las universidades, que nunca se concretó. Las “ofertas oficiales” son una improvisación con un solo objetivo: golpear la asistencia a la marcha del martes 23, haciendo correr la versión de que la crisis de las universidades ya estaría solucionada. 

 Ascenso estudiantil y docente 

La operación del gobierno sólo se explica por la magnitud que ha alcanzado la convocatoria: en los últimos días, el movimiento de clases públicas –convertidas en verdaderos piquetes- ha ganado a las principales universidades de la UBA, como pudo verse en Psicología, Filosofía, Sociales, en los abrazos al Hospital de Clínicas y a los pabellones de Exactas. El ascenso universitario, por otra parte, ha llegado a las principales casas de estudio del país. Entre otras, en Tucumán, en el Comahue y en las universidades del conurbano bonaerense. La concurrencia al 23 ha sido tomada por la docencia y el estudiantado de colegios secundarios, e incluso por centros de estudiantes de universidades privadas –como la UADE-. Es que la liquidación y privatización de la universidad pública refuerza la voracidad de los capitalistas de la privada, cuyos estudiantes están siendo golpeados por aranceles insostenibles. La marcha del 23, a esta altura, reviste un carácter definidamente político, incluso con independencia –y hasta con la oposición- de muchos de sus convocantes. Quienes han resuelto concurrir ven en ella la oportunidad de asestarle un golpe al gobierno antiobrero. La juventud que ocupará las calles el 23 es la punta del iceberg de una crisis social que se extiende al conjunto de sus propias familias, golpeadas por la miseria salarial y jubilatoria, los tarifazos, la disparada de los alimentos y los alquileres. 
 A la luz de esta realidad, la operación de Milei y de sus “Goebbels” en frasco chico contra la marcha del 23 supera largamente al regateo de porcentajes y cifras con las autoridades universitarias. Es un intento por menguar la fuerza de una gran demostración política contra el gobierno, que podría ser la punta de lanza de una reacción de alcance general.

 Rectores 

El comunicado de los rectores ante la “fake” oficial ha sido, en el mejor de los casos, ambiguo. Aunque desmiente la existencia de un acuerdo, reivindica la apertura de un “diálogo”, o sea, da cuenta de una negociación en curso cuyos términos la comunidad universitaria desconoce. Los rectores no destacan el carácter ultralimitado de los ´anuncios´, sino que no se han concretado aún. No denuncian la intención de dejar afuera de los reajustes a los docentes y no docentes. En simultáneo a la “fake” oficial, las centrales sindicales universitarias informan que el gobierno ha dispuesto ¡un 8 %! de reajuste salarial a marzo, lo que consolidaría una pérdida en los salarios docentes universitarios del orden del 50 % en el lapso de los últimos cuatro meses. La destrucción del salario de los profesores no solamente constituye el grueso del ajuste presupuestario de la universidad en términos numéricos. Es también el hilo conductor de un proceso de vaciamiento de la educación superior, por un lado, y de privatización de su estructura interior, por el otro. La pulverización salarial empujará a muchos docentes e investigadores a la emigración o, en su defecto, a buscar alternativas en la universidad privada. Al interior de las universidades públicas, mientras tanto, se reforzará la presión para complementar esos salarios miserables con los ingresos que provengan de contratantes privados. Así, se reforzará la sujeción de la investigación científica a las corporaciones capitalistas, algo que se encuentra vigente bastante antes de Milei. Las ambigüedades del Consejo de Rectores delatan por dónde pasa la ruta de un eventual acuerdo con la camarilla de Milei-Caputo: conseguir unas migajas para los “gastos operativos”, mientras se entierran los salarios y las jubilaciones docentes. 
 Al igual que Milei, el Consejo de Rectores también mira más allá de la Universidad: en definitiva, sus integrantes responden en su mayoría a los partidos que están articulando en el Congreso los términos del paquete antiobrero del DNU y la ley Bases. Ello vale en primer lugar para Emiliano Yacobiti, el vicerrector de la UBA y diputado radical. En definitiva, el acuerdo reaccionario de la Ley Bases, que incluye una reforma laboral, la restitución del impuesto al salario, la confiscación del Fondo de Garantía del ANSES y la privatización de empresas estatales es incompatible con la sobrevivencia de la Universidad Pública. El arco político que se mueve detrás de los rectores también le teme como la peste a un “estudiantazo” y a una rebelión popular, la cual no solo colocaría en el banquillo a Milei sino también a su amplio arco de complicidades. 

 Con todo a la marcha del 23 

Las maniobras de los rectores son un severo llamado de atención a las federaciones sindicales docentes, pues delatan la intención de erigirse como negociadores “en bloque” del presupuesto universitario, incluyendo -y eventualmente a expensas de- los salarios. De conjunto, se plantea que el activismo universitario multiplique las acciones para movilizar e interesar a la gran masa del estudiantado y de la docencia, que vive en estas horas un despertar político. Parte de ese esfuerzo reside en clarificar los problemas políticos planteados en torno de la crisis universitaria. Terminar con el gobierno golpista y privatizador, que es la voluntad que se pondrá de manifiesto este 23, exige autoconvocarnos e impulsar una lucha independiente del Estado y de los múltiples socios y cómplices de la camarilla libertaria. 

 Marcelo Ramal
 19/04/2024